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ginerdelosrios6A

 



       Es muy común en nuestras calles, toparnos con jóvenes artistas que permanecen horas y horas inmóviles, aguardando a que los transeúntes depositen en sus cestas algunas monedas. En ese instante el artista nos regala con alguna cabriola o con una serie de gestos graciosos que terminan por arrancar la sonrisa de los paseantes. Son ellos los mimos actuales. Es verdad que también en ciertos teatros muy concretos podemos encontrar espectáculos de mímica. Así a todo, para el común de los mortales los mimos son esos personajes estrafalarios que vemos cada día en nuestras ciudades.
       Sin embargo debemos saber que la mímica es un arte de representación dramática muy antiguo que intenta manifestarse mediante gestos y movimientos corporales.

       En los grandes teatros antiguos al aire libre de Grecia y Roma, donde el público podía ver pero apenas podía oír, el mimo era un elemento importante en la interpretación. El pantomimus romano era un actor que utilizaba palabras y también movimientos estilizados con máscaras para representar al personaje acompañado de música y las canciones del coro. A pesar de su trascendencia en el teatro, en el siglo V la iglesia prohibió a estos encantadores personajes, a causa de sus constantes burlas a los sacramentos. En ese momento de la historia la mímica decayó hasta casi desaparecer.

 



       Es muy común en nuestras calles, toparnos con jóvenes artistas que permanecen horas y horas inmóviles, aguardando a que los transeúntes depositen en sus cestas algunas monedas. En ese instante el artista nos regala con alguna cabriola o con una serie de gestos graciosos que terminan por arrancar la sonrisa de los paseantes. Son ellos los mimos actuales. Es verdad que también en ciertos teatros muy concretos podemos encontrar espectáculos de mímica. Así a todo, para el común de los mortales los mimos son esos personajes estrafalarios que vemos cada día en nuestras ciudades.
       Sin embargo debemos saber que la mímica es un arte de representación dramática muy antiguo que intenta manifestarse mediante gestos y movimientos corporales.

       En los grandes teatros antiguos al aire libre de Grecia y Roma, donde el público podía ver pero apenas podía oír, el mimo era un elemento importante en la interpretación. El pantomimus romano era un actor que utilizaba palabras y también movimientos estilizados con máscaras para representar al personaje acompañado de música y las canciones del coro. A pesar de su trascendencia en el teatro, en el siglo V la iglesia prohibió a estos encantadores personajes, a causa de sus constantes burlas a los sacramentos. En ese momento de la historia la mímica decayó hasta casi desaparecer.

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